El vínculo, la relación terapéutica.

Investigando sobre este asunto me surgían varias preguntas,  ¿Qué es el vínculo? ¿cómo se entiende la relación terapéutica desde la Teoría de la Gestalt? ¿cómo se construye desde una perspectiva gestáltica?

Al final y después de mucho indagar, me di cuenta que la diferencia de los términos vínculo y relación en cuanto a su significado eran lo mismo, lo que ocurre es que el enfoque y la manera de trabajarlo es diferente en la Terapia Gestalt frente a otras corrientes psicológicas.

Según Claudio Naranjo (2011) la “relación terapéutica” es la relación que se crea entre terapeuta y paciente, y determinará el éxito o el fracaso del tratamiento. Dicha relación, será más determinante que cualquier técnica utilizada o teoría aplicada, ya que esto tiene que ver con la actitud que toma el terapeuta frente al paciente.

El “vínculo terapéutico” es entendido como la relación de confianza y seguridad que se establece entre la persona (paciente) con el profesional, dónde el respeto, la aceptación y empatía son fundamentales. Este término proviene de la derivación de la Teoría del Apego que fue planteada originariamente por el psiquiatra y psicoanalista británico John Bowlby, para argumentar por qué los seres humanos establecemos vínculos específicos con otras personas (vínculos fuertes, elegidos y perdurables) y como las relaciones (con los cuidadores y la familia) influyen de manera destacada sobre el desarrollo psicológico del infante.

De esta manera desde que nacemos, observamos, tocamos y reaccionamos ante lo que ocurre con la figura de apego (que por lo general suele ser la madre en la primera etapa). El apego nos proporciona seguridad ante situaciones de amenaza y nos permite explorar y conocer el mundo que nos rodea, teniendo la tranquilidad que la persona con la que hemos vinculado estará ahí para protegernos. Cuando esto no ocurre, los miedos y las inseguridades van a influir en nuestro comportamiento, lo cual nos afectará a la hora de relacionarnos, expresar nuestras emociones y en la forma de interpretar el mundo.

El vaivén afectivo siempre opera ahí, en el vínculo. Las distintas teorizaciones acerca del término y los aportes del psicoanálisis relativos al desarrollo emocional temprano, nos alertan de la importancia que tienen la etapa de la concepción y del primer año de vida, en el futuro del individuo. Este es el momento, en que el ser humano crece más rápidamente y en un período muy breve, desarrollando diversas facetas. Esta velocidad y complejidad, es la que permite y potencia la influencia determinante del medio ambiente. 

Las alianzas y pactos inconscientes en el vínculo, tejen las redes cuyos nudos son puntos de tensión y sufrimiento en la persona adulta y que son expuestos en palabras, actos, gestos, pensamientos, defensas, etc. Incidiendo siempre desde y hacia los vínculos que la persona establece. Sobre todo si tenemos en cuenta la capacidad que tenemos los seres humanos a la hora de formar y mantener relaciones; sabiendo que esta capacidad será una de las herramientas más importantes a lo largo de nuestra vida.

La Terapia Gestalt se enfoca en el momento presente y lo que está pasando en el aquí y ahora, en la experiencia actual sin incidir necesariamente en la infancia de la persona; ya que a través de la relación paciente-terapeuta podremos entrar y trabajar en los distintos niveles intrapsíquicos. 

A los gestaltistas nos interesa más lo que la persona conoce o percibe de sí misma, más que lo que desconoce. La manera de trabajarlo o aproximarnos a ello, sería a través de la atención del cuerpo, de la emoción, lo que puede ser observable en ese momento y la importancia que tiene la relación terapéutica como camino hacia la salud, la relación repara por sí misma sin ayuda de otras herramientas.

La terapia gestáltica es un sistema psicoterapéutico que combina el diálogo y la fenomenología como metodología activa; donde se tiene en cuenta lo que ocurre entre paciente y terapeuta.

Y que podría dar lugar al conocimiento sobre una determinada manera de vivir y de estar en la vida, que incide en la forma en que la persona se vincula. 

La relación terapéutica es de vital importancia para mi con mis pacientes. Sabiendo que aunque existen multitud de dinámicas y técnicas terapéuticas válidas para reparar la salud en las personas, las cuales (algunas de ellas) también trabajo; aun así quería mostrar la importancia de esta relación, pudiendo constatar que en algunos casos existe una notable mejoría, dando lugar a la restauración de los vínculos y a la promoción de un estilo de vida más saludable.  Todo ello gracias al contagio, la actitud y la práctica de la Terapia Gestalt.

Raquel Argüelles M.

Psicóloga Sanitaria, Terapeuta Gestalt y Mediadora Familiar